31 de mayo de 2015

Los 8 verdaderos motivos para rechazar el veganismo


Este artículo es una versión adaptada de un artículo original en inglés. He fusionado el punto 2 con el 4, porque ambos se referían a la gestión de recursos naturales, y he aportado un argumento nuevo en el espacio que quedaba en ese último punto.  
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1. NO TE IMPORTA ABUSAR DE LOS ANIMALES


Si consideras que pagar a alguien para confinar a un animal en una jaula, o para clavarle un cuchillo en la garganta, es algo aceptable, a pesar de que no necesites hacerlo para vivir ni tampoco haya una razón que lo justifique, entonces es comprensible que rechaces el veganismo.


2. ODIAS EL MEDIO AMBIENTE


Según la ONU, la crianza y la matanza de animales para comida es la causa número uno de emisiones de gases contaminantes. Y es una de las primeras causas que más contribuyen a los problemas ambientales más graves a todas las escalas, desde la local a la global. Así que para todos los que odian el medio ambiente, la opción más eficaz que pueden hacer para destruir el medio ambiente es consumir carne, productos lácteos y huevos.

Se gastan hasta 5 kilos de grano para producir 1 kilo de carne. Es decir, imaginemos que hay un niño muerto de hambre a tu lado y tú estás sosteniendo un recipiente con 5 kilos de espaguetis, entonces te comes 1 kilo y luego tomas los otros 4 kilos y los tira en la basura. Eso es el reparto de recursos que hace la ganadería. Si piensas que eso suena divertido o aceptable, entonces no debes hacerte vegano.

En realidad, todo esto nos remite al punto 1 en tanto que los animales, humanos y no-humanos, dependemos directamente del medio ambiente (aire, agua, tierra) para nuestra supervivencia y calidad de vida. El desprecio al medio ambiente indica un desprecio por aquellos que viven en él.


3. ERES UN LEÓN



¿Eres un león? ¿Persigues a tu presa, la matas con sus colmillos, y luego procedes a rasgar su cuerpo con los dientes, para comenzar a comer su carne? Si es así, probablemente eres incapaz de ser vegano.


4. SÓLO TE IMPORTA EL BIENESTAR



Si consideras que los demás animales sólo les importa evitar el sufrimiento, y conseguir placer, entonces es coherente que apoyes y participes en su explotación; siempre que esa explotación procure reducir el sufrimiento y fomentar el bienestar.


5. ERES DUEÑO DE UN NEGOCIO DE EXPLOTACIÓN ANIMAL




Seamos serios. Si eres dueño de una granja de animales o un matadero entonces tienes un interés económico en que la gente consuma animales. Así que te va a resultar muy difícil aceptar que la forma de conseguir tu dinero viene de algo que atenta contra los principios más básicos de la ética.


6. CREES QUE LA FUERZA HACE EL DERECHO




Cada cierto tiempo nos encontramos con individuos que piensan que es moralmente aceptable abusar de otros simplemente porque pueden hacerlo. Si es tu caso, entonces el veganismo no es compatible con tu forma de pensar.


7. ERES UN ANIMAL MAMÍFERO BEBÉ



Las hembras de los mamíferos solo producen leche después del embarazo. ¿Por qué? Para convertir rápidamente a ese pequeño niño en un adulto. Así que si tu objetivo es, por ejemplo, convertirte a la larga en un bovino adulto de 600 kilos, no dejes de beber la leche de vaca.


8. TE GUSTA EL SADISMO


¿Te causa placer provocar deliberadamente que otras personas (humanas o nohumanas) sufran? !Estás de suerte! El consumo de productos de origen animal es una de las maneras más fáciles de conseguir precisamente que suceda eso.

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Siento que algunas personas pueden considerar ofensiva esta exposición (resulta obvio que algunos de los motivos tienen intención satírica) pero dado que no he encontrado ningún argumento que refute el veganismo, ni tampoco ninguna razón que justifique la explotación animal, es evidente que debe haber alguna causa que explique por qué los humanos discriminamos y explotamos a los demás animales. Algunas de las hipótesis citadas pueden ser perfectamente verídicas, al menos en determinados casos. 
¿Cabe la posibilidad de que hayan otros motivos? Sí, claro. Puede haber una explicación de tipo naturalista y otra de tipo cultural. Pero, independientemente de cuál sea la tesis que explique esta comportamiento, lo único que está claro es no hay ninguna justificación que legitime nuestra dominación sobre los no-humanos.

17 de mayo de 2015

La insistente confusión sobre el concepto de los Derechos Animales


Leo una noticia que dice así:

«Noruega crea unidad de policía para proteger los derechos animales.»

Entiendo que la noticia está mal redactada en el uso de los términos.

Primero; los animales no humanos no tienen derechos legales reconocidos. Ni en Noruega ni en ningún otro país. Los animales no humanos están sometidos a la condición de propiedad. La propiedad no puede legalmente tener derechos. Sólo los seres considerados como sujetos pueden tenerlos, pero la propiedad es un tipo de objeto; no de sujeto.

Segundo; de acuerdo a la ley, los animales no humanos son recursos económicos. La legislación considerada a los animales no humanos como bienes muebles que están al servicio de los humanos. Por eso existen los criaderos, las granjas de animales, los mataderos y los demás centros de explotación que comercian con las vidas de los animales para beneficio humano. Esta es la situación actual en todos los países del mundo.

La función de la policía consiste en proteger la propiedad animal frente a posibles usos o injerencias que no estén reconocidas por la ley. Por ejemplo, se considera que dar patadas a un perro por pura diversión no es una finalidad aceptable y entonces se prohíbe. Pero no porque se reconozca que el perro tiene derechos sino porque la ley regula límites del uso de la propiedad; del mismo modo que la ley prohíbe pegarle fuego a nuestras casas. Es una simple regulación en el uso de la propiedad. Ni las casas ni los animales no humanos tienen, ni pueden tener, derechos legales reconocidos en tanto que estén sometidos al estatus de propiedad. Quienes tienen derechos legales reconocidos son sus propietarios: los humanos.

¿Acaso prohibir que las casas sean incendiadas significa reconocer que las casas tienen derecho a la vida o derecho a la integridad física? Por supuesto que no. De la misma manera es absurdo hablar de derechos de los animales cuando la ley está regulando el uso que hacemos de los animales como propiedades de los humanos.

Curiosamente la propia noticia aclara que el motivo real que impulsa esta legislación es la intención de proteger a los humanos:

«La iniciativa se creó bajo el argumento de que quien lastima a un animal es capaz de hacerle daño a un humano.»

No es de sorprender que el objetivo de la ley sea proteger de forma específica a los seres humanos. Las leyes —en plena consonancia con la mentalidad especista predominante en nuestra sociedad— sólo reconocen a los humanos como personas con derechos. Si la ley protege de alguna manera a otros animales es en realidad porque eso beneficia a los humanos.

Así es como está estructurado nuestro sistema legal y no puede funcionar de otra manera en el contexto actual. Para que esto cambiara tendría primero que abolirse el estatus de propiedad sobre los no-humanos y seguidamente reconocerlos como personas jurídicas. Obviamente esto es imposible en la práctica a corto plazo. Para llegar a este punto primero tendría que haber una mayoría social que rechazara la utilización de animales no humanos como recursos para los humanos, a través del veganismo.

Por si fuera poco, el contenido de la noticia no se limita sólo a malinformar sino que también delira hasta el punto de afirmar que Noruega ha entendido que los animales tienen derecho a la vida:

«Mientras nos llamemos humanos, tenemos que respetar que los animales merecen tanto respeto como nosotros y que su derecho a vivir es igual que el nuestro. Noruega entiende esto a la perfección y ha creado una unidad de policía encargada de proteger los derechos de los animales.»

Toda la noticia es un completo absurdo tal y como está escrita.

Si fuera cierto que Noruega reconoce, por ejemplo, el derecho a la vida de otros animales entonces ¿por qué matan a los animales para servir de comida? ¿Por qué es legal la caza, la pesca, los mataderos, y demás actividades que sistemáticamente tienen como finalidad destruir la vida de los animales no humanos?

Si  en verdad se les reconociera el derecho a la vida entonces ya no se les podría matar para dichos propósitos, al igual que no se puede matar a seres humanos para servir de comida o para hacer abrigos. Como acertadamente aclara el profesor Gary Francione acerca del concepto de lo que es un derecho:

«Un derecho es protección no consecuencialista para un interés: esto significa que protegemos dicho interés aun si hubiera consecuencias buenas en un sentido general si no lo hiciéramos.»

Pero mientras los animales sigan sometidos a la condición de propiedad, cualquier iniciativa legal lo único que podrá hacer es regular el uso que los humanos hacen de los no-humanos. Exactamente lo mismo que ocurría en el siglo XIX, cuando existía la esclavitud humana que sometía a millones de seres humanos a ser propiedad de otros humanos.

Por tanto, la pregunta que nos deberíamos plantear en primer lugar es: ¿acaso es justo que consideremos a otros animales como nuestra propiedad?

Sabemos que los demás animales no son objetos; ellos poseen sensibilidad e intereses propios. Al considerarlos como propiedad, los cosificamos y vulneramos sus intereses para que nosotros podamos obtener un beneficio a costa de destruir su libertad y sus vidas. Los discriminamos de la comunidad moral por el simple hecho de que ellos no son humanos.

Si entendemos que es injusto discriminar moralmente a los individuos por la raza o el sexo ¿acaso no es igual de injusto discriminar por la especie? Esto sería el verdadero centro de toda la cuestión que estamos planteando aquí.

Por otra parte, esta confusión que denuncio está fomentada también por la existencia del término «Derecho Animal» que se refiere a un ámbito jurídico que trata acerca del estatus legal de los animales no humanos.

Sin embargo, el Derecho Animal no equivale a que los animales tengan derechos. Esto sólo significa que hay una parte de la ley que se dedica a postular las normativas legales que afectan específicamente a los animales no humanos. Dentro de este ámbito, hay algunos juristas que proclaman en favor de dotar a los animales no humanos del estatus de personas jurídicas para de este modo sacarlos de la condición de propiedad; porque mientras los no-humanos sean propiedad humana nunca podrán tener derechos.

En definitiva, hemos visto que como consecuencia de la falta de interés y de conocimiento, la redacción de las noticias son engañosas y desinforman sobre cuál es la situación real de los animales en nuestra sociedad, dificultando así que haya un cuestionamiento serio sobre el problema en nuestra relación moral con ellos.

Llamar 'derechos' a las regulaciones sobre la manera en que son explotados los animales no humanos es un notorio ejemplo del mal uso de los términos y de los conceptos, que es habitual a la hora de informar sobre este tema.

La filosofía de los Derechos Animales constituye en realidad lo opuesto a lo que actualmente representa el Derecho Animal. Esta filosofía moral defiende que los animales no deben ser considerados propiedades sino personas y, por tanto, debemos abolir su sometimiento al estatus de propiedad y reconocerlos como sujetos de derechos.

4 de mayo de 2015

Una observación acerca del «carnismo»





En esta entrada quisiera realizar un análisis crítico en torno al concepto de «carnismo» que expone la autora Melanie Joy en su obra. La intención de este ensayo no es resumir ni reseñar su libro sino analizar determinados aspectos de los argumentos que expone.

En primer lugar, considero que el concepto de carnismo no aporta ninguna noción nueva que no estuviera ya incluida en la crítica al especismo. Lo único que hace Joy es reducir esa crítica a la explotación de otros animales para comida; más concretamente para la carne —de ahí proviene obviamente el término.

Me parece que sólo tendría sentido hablar de carnismo si partimos de una perspectiva vegetariana que considera que usar a otros animales para carne es algo que merece una consideración especial o exclusiva frente a otras prácticas especistas. Pero pienso que esto es un error. El vegetarianismo es un prejuicio. No es menos injusto utilizar a alguien para convertirlo en carne que para convertirlo en un abrigo, o en una máquina de producir leche o huevos, o en una mascota, esto es, en un esclavo para compañía.

Como bien explica el profesor Gary Francione al respecto, lo que Joy denomina carnismo sería simplemente una manifestación concreta del especismo, pero no habría tal cosa como un «sistema invisible de creencias» que considere a otros animales como carne. Lo que sí existe una ideología explícita y muy visible que trata a los animales como recursos para satisfacer los deseos humanos.

Por ello entiendo que el carnismo es un invento innecesario que solapa el concepto de cosificación sobre los animales. La idea del carnismo proviene de tomar el significado de la cosificación para sólo limitarlo injustificadamente a la cosificación en carne. Pero no hay ninguna razón que justifique ese reduccionismo.

Lo que permite y retroalimenta la cosificación de los animales es el prejuicio del especismo, que a su vez favorece y perpetúa la cosificación activa sobre los demás animales a través de su explotación.

Es cierto que la mayor parte de los animales explotados son utilizados para alimento; pero también hay muchos animales a los que no utilizamos para servir de carne, ni para ser comida siquiera. Miles de millones de ellos son utilizados, por ejemplo, para servir de vestimenta, de transporte, de mero entretenimiento o forzados en experimentos científicos.

Hay un adoctrinamiento inserto en nuestra cultura destinado a que veamos a los demás animales como seres inferiores que existen para ser medios para nuestros fines. Pero no es un adoctrinamiento «carnista». No nos adoctrinan para ver a los demás animales específicamente como carne —¿acaso consideramos a los perros como carne?'— sino para considerarlos como seres inferiores que existen en el mundo para servirnos a nosotros los humanos. Esto es el antropocentrismo moral.

Así pues, detrás de lo que Joy ha llamado «carnismo» se encuentra en realidad el antropocentrismo. Su pretendida originalidad no va más allá de haberse inventado una nueva palabra innecesaria que incurre en el típico prejuicio vegetariano de creer que usar a los animales para servir de carne es diferente o más importante que cualquier otro uso de animales.

Desde el punto de vista antropocentrista, los caballos son vistos como medios de transporte. ¿Sería conveniente, por tanto, inventar el concepto de «transportismo»? Parece un tanto absurdo. Estas especificaciones no ayudan en nada a comprender el asunto al que nos referimos y sólo establecen discriminaciones arbitrarias; segmentando en trozos aquello que forma parte de un único problema. Es una vulneración del principio de simplicidad.

Melanie Joy se refiere casi exclusivamente al consumo de carne a pesar de que comer huevos, consumir lácteos y consumir miel también lo considero comer animales. Nos comemos lo que producen sus cuerpos y, para ello, nos comemos su libertad y sus vidas. 

Así, lo que ha hecho Melanie Joy es centrarse exclusivamente en el consumo de carne e intentar explicar su causa psicológica e ideológica. Pero el análisis que expone no se diferencia en lo esencial de lo que sería una explicación del especismo. Cuando habla de carnismo de lo que está hablando en realidad es de una parte del especismo; en concreto de la creencia antropocéntrica de que de los humanos estamos legitimados en explotar a los demás animales —en utilizarlos para satisfacer nuestras necesidades y deseos.

El consumo de carne no es la única demanda de explotación animal que existe en el mundo. Hay otras formas de explotación que no implican el uso de animales como alimento y que causan millones de víctimas: animales utilizados para servir de vestimenta, en experimentación, o como entretenimiento. No veo ninguna razón que justifique privilegiar o priorizar el consumo de carne sobre el resto de usos de animales.

A unos animales  los utilizamos para comida y a otros para vestimenta, o para servir de compañía, o para ser nuestro entretenimiento, o los utilizamos para experimentos científicos; pero todos ellos por igual han sido sometidos a la condición de propiedad. Por tanto, no tendría sentido que hablemos de carnismo salvo que defendamos el error del vegetarianismo —y no hay una buena razón para hacer tal cosa. Sostengo que deberíamos asumir como base moral el veganismo y la ética de los Derechos Animales, partiendo necesariamente de la crítica al especismo y la cosificación sobre los no-humanos.

Aparte de todo esto, creo ver otro problema grave en la teoría de Melanie Joy. No sólo nos encontramos con el prejuicio vegetariano sino que también encontramos que la teoría de Joy incluye el prejuicio bienestarista; esto es: la creencia de que a los demás animales sólo les importa evitar el sufrimiento y obtener placer. La creencia de que está bien utilizar a los animales siempre que nos preocupemos por su bienestar.

En el libro de Joy se alega que los animales sufren al ser explotados, ya sea de una manera u otra, y que la manera más efectiva de evitar causar este sufrimiento es no participar en dicha explotación. Muchos bienestaristas no consumen productos de la explotación animal precisamente por este motivo y no porque estén en contra de la esclavitud por principio moral.

No he visto en ninguna parte del texto que Melanie Joy se oponga a la dominación del ser humano sobre los demás animales. Ella afirma que se opone a la "crueldad". Pero no he visto una denuncia de la esclavitud animal y la explotación en general sobre los demás animales. De hecho, en su libro promueve organizaciones bienestaristas como HSUS y HFA que abogan en favor de reformar la esclavitud con medidas de bienestar animal, que en realidad no favorecen el bienestar de los animales sino la eficiencia económica de la industria de explotación animal.

Sucede que hay personas que no quieren rechazar el especismo pero sí se oponen a determinado uso industrial de animales como comida y, por tanto, les conviene que la oposición no se haga contra el especismo —y contra la opresión que ejercemos sobre otros animales— sino contra lo que llaman carnismo. Es por esto que el carnismo estaría más bien ayudando a ignorar y perpetuar el especismo en lugar de combatirlo; así como a perpetuar la idea bienestarista de que el problema no está en que explotemos a los animales sino que la cuestión se limita a la manera en que los explotamos. El problema no es la utilización de los animales, dicen los bienestaristas, sino que sólo debemos preocuparnos por el sufrimiento y las condiciones del trato —lo que muchos denominan 'maltrato'— que les damos a los animales al utilizarlos en nuestro beneficio.

No son estos los únicos errores que me ha parecido ver en la obra de Joy pero la prioridad de la concisión me obliga a señalar sólo aquello que me parece más importante.

En conclusión; diría que Melanie Joy ha seleccionado diversas ideas que ya estaban en obras anteriores de otros autores y simplemente las ha repetido bajo una palabra nueva que ella se ha inventado y las ha restringido de forma injustificada a la cuestión del consumo de carne.

Por supuesto que algunos aspectos del análisis que aparece en el libro son acertadas en tanto que denuncian la cosificación sobre los animales. Es cierto que la obra de Joy ha ayudado a difundir la comprensión del factor psicológico en nuestra relación con los animales. Lo que yo critico es la manera que tiene de enfocarlas, lo innecesario que supone inventar palabras nuevas que no aportan conceptos nuevos, y el hecho de que su teoría asuma el prejuicio del bienestarismo.

No dudo de que este libro pudiera ayudar a tomar cierta conciencia sobre el grave problema en nuestra relación con los demás animales, pero también entiendo que será una conciencia deformada y limitada por algunos de los mismos errores que causa y fomenta nuestra violencia sobre los animales.

Es mejor leer este libro que no leer nada, claro. Pero pienso que también sería mejor leerlo de forma crítica y teniendo en cuenta estas consideraciones que he expuesto.