4 de enero de 2015

Bob Torres y la cuestión del especismo


En esta entrada me gustaría exponer una reseña crítica del libro Making A Killing del profesor Bob Torres que ha sido recientemente traducido al español.

Sugiero leer primero la obra antes de consultar esta reseña. Pero que cada uno decida libremente por sí mismo. Quien decida leer primero la reseña espero al menos que le motive finalmente a leer el libro.

A lo largo del artículo citaré algunas páginas de la primera edición española señaladas entre corchetes: [...]

No voy a comentar aquí a todas las cuestiones que Torres deja más bien planteadas que respondidas ni tampoco voy señalar las muchas virtudes que contiene la obra, tanto el contenido como en el estilo. En este ensayo me centraré solamente en unos puntos muy concretos y controvertidos desde una perspectiva crítica.

Marxismo, anarquismo y veganismo

Con el libro de Bob Torres nos encontramos un texto que intenta nada menos que explicar el problema en nuestra relación con los animales no humanos y proponer una solución al respecto. El autor construye su postura tratando de compaginar al mismo tiempo tres vectores principales: la teoría marxista, la filosofía política del anarquismo social y la ética del veganismo. Esta empresa va a conllevar ciertas dificultades como veremos a continuación.

En primer lugar, es imposible resumir el marxismo en unas pocas líneas pero sintetizando lo más básico podemos decir que el marxismo es una teoría fundamentada filosóficamente en el materialismo dialéctico, la cual considera que toda la dinámica social es el resultado de las condiciones materiales y que el proceso histórico es consecuencia de la lucha de clases. Toda la historia humana se reduce a que un grupo minoritario se hace con el poder económico y de ese modo se aprovecha de la mayoría social a la explota en su beneficio. El marxismo concluye que este conflicto sólo se podrá resolver aboliendo la sociedad de clases en favor de una nueva sociedad igualitaria donde ya no sea posible la explotación del hombre por el hombre.

Se podrá comprobar que ese análisis recuerda mucho a la relación tradicional entre seres humanos y animales no humanos. Aquí los humanos someten y explotan para su beneficio a los no-humanos. Hay un artículo del profesor Renzo Llorente en el que explica cómo se podría aplicar el análisis marxista sobre el problema del especismo y la explotación animal.

Hay que tener en cuenta que estar de acuerdo, al menos en parte, con el análisis marxista no conduce necesariamente al socialismo ni al comunismo. El socialismo de tipo comunista es una solución que Marx —y muchos otros— escogió como solución al problema que denuncia en su teoría. Pero hay otras soluciones que pretenden también disolver la explotación del hombre por el hombre. Una de ellas es el anarquismo y otra sería, por ejemplo, la socialdemocracia.

Por otro lado, también contamos con la posibilidad de coincidir con el diagnóstico que presenta el marxismo y al mismo tiempo estar a favor de la opresión de una clase sobre otra, claro. De la misma manera que hay personas que reconociendo el especismo como injusticia siguen igualmente estando a favor de la explotación sobre los demás animales.

El anarquismo sería, esencialmente, la idea de que la organización social no debe ser sostenida ni promovida por ninguna autoridad o poder externo a la voluntad de los participantes —ya se trate del Estado o algo similar— y que los individuos deben poder asociarse libre y voluntariamente. El anarquismo social que asume Bob Torres parece ser un tipo específico de anarquismo que coincidiría puntualmente con el socialismo en proponer una organización donde predomine lo colectivo sobre lo individual y en donde haya una distribución de bienes lo más igualitaria posible.

Este rechazo a la explotación es una coincidencia que confluye con el tercer elemento de la posición de Bob Torres: el veganismo. El veganismo es el rechazo la explotación de los animales no humanos por parte del hombre. Los veganos que sean también marxistas y/o anarquistas dirán que su rechazo a la explotación animal tiene el mismo origen que su rechazo a la explotación humana. No obstante también se puede rechazar radicalmente ambas opresiones sin tener que ser marxista ni anarquista.

Más adelante, analizaré si, tal y como propone Torres, la teoría marxista y la política anarquista pueden servir de ayuda para entender y solucionar la opresión especista que padecen los animales no humanos. Asimismo argumentaré acerca de la pertinencia de relacionar el veganismo con esta concreta filosofía política.

La recepción del veganismo en el contexto político progresista

Bob Torres señala en su libro algunos problemas que inciden directamente en la posibilidad de acabar con la explotación especista. Uno de ellos es la aparente dificultad que tiene la gente de ideas progresistas para comprender o aceptar el veganismo.

¿Cómo es que tantas personas que dicen estar en contra de la injusticia, y a favor de la igualdad, no parezcan darse cuenta de que la opresión sobre los demás animales es un error tan grave como cualquier discriminación injusta cometida contra seres humanos. En palabras de Torres:

«Muchos (pero no todos) en el amplio espectro de la izquierda, desde demócratas progresistas hasta marxistas, parecen dispuestos a aceptar lo que ellos consideran la jerarquía de las especies, mientras que a la vez trabajan por la desaparición de otras jerarquías (de clase, raza, género, o incluso de nacionalidad).» [201]

A pesar de que es un hecho que gran parte de la población humana mundial sigue sin tener conciencia del problema del especismo, podemos ver que al menos dentro del contexto occidental cada vez más gente toma conciencia de que los demás animales son seres sintientes, que no tenemos necesidad de explotarlos para vivir y que disponemos de opciones que nos aportan calidad de vida sin tener que esclavizar a los otros animales. Una creciente parte de la población está abandonando el consumo de animales. No obstante, el número de veganos no se ha disparado tan espectacularmente como tal vez cabría esperar. La cantidad de veganos va aumentando, sí, pero a un ritmo muy progresivo y gradual. En el mejor de los casos se estima que en algunos países hay alrededor de un 5% de la población que rechaza consumir animales. Este porcentaje tan pequeño tiene que tener alguna explicación, más allá de apelar a la ignorancia total.

A mi modo de ver, una razón que explique esta situación puede estar en que la cultura y la educación fomentan un tipo de mentalidad que precisamente está diseñada para excluir expresamente a los no-humanos de la consideración moral o para considerarlos inferiores a los humanos. Por supuesto, los progresistas han sido educados en los mismos prejuicios especistas que el resto de la gente.

También podemos advertir que los el activismo animalista no se ha dedicado a concienciar sobre la explotación animal desde una perspectiva igualitaria sino que en su mayor parte se dedican a promover la reforma de la esclavitud animal para conseguir jaulas más grandes o centran sus esfuerzos en intentar prohibir algunas actividades muy concretas y minoritarias de explotación animal —las campañas monotemáticas— que dejan intacto al 99.99% restante de la explotación animal y no sirven en absoluto para concienciar ni erradicar el prejuicio del especismo.

Sin embargo, todo esto sólo explica las cosas hasta cierto punto. Bob Torres tampoco investiga mucho al respecto en su libro.

Dejando a un lado todas las explicaciones anteriores, podemos postular que un posible motivo por el cual la concienciación contra el especismo no ha calado dentro del ámbito político progresista estaría en reconocer que mucha gente que defiende ideologías progresistas, o de izquierdas, no lo hace por sentido moral, por ética o justicia, sino por mero egoísmo o por puro tribalismo. Sería por esto que no quieren reconocer la injusticia del especismo e incluso se burlan y oponen a ello; porque los demás animales no forman parte de su grupo y así liberarlos no les aporta ningún beneficio a ellos. Si defienden políticas progresistas o igualitarias o de izquierdas, es porque entienden que eso es lo que más les beneficia egoístamente a ellos, aunque el lenguaje que utilicen se base en nociones abstractas de justicia.

En algunos aspectos fundamentales seguimos siendo una sociedad que en el fondo no es más que una forma sofisticada de tribu. Es una característica inherente del pensamiento tribal el dar prioridad a los intereses de los miembros de nuestro grupo por encima de los de otros individuos que no forman parte de ella, especialmente cuando entran en conflicto entre ellos.

Este instinto tribal estaría, por tanto, detrás de la causa psicológica que potencia no sólo el especismo sino también el racismo, el sexismo y el nacionalismo y demás prejuicios que discriminan a los individuos según el grupo al que pertenezcan.

Podrían haber más causas implicadas y solamente habríamos mencionado algunas de ellas.

Sin embargo, la explicación que aporta Bob Torres no coincide y difiere de lo que yo aquí acabo exponer y no se basa en ninguno de los motivos anteriores citados. Su teoría se basa en apelar al papel predominante de estructuras socioeconómicas que son las que determinan o condicionan el pensamiento y la conducta de los individuos.

La cuestión del capitalismo

Quien haya leído el libro habrá notado necesariamente la sistemática denuncia que Bob Torres hace recaer sobre el capitalismo. Esto es uno de los fundamentos principales de su exposición.

El conflicto entre la perspectiva que defiende Torres y el capitalismo reside primeramente en que el capitalismo acepta que la economía se rija por el beneficio privado mientras que el anarquismo social considera que la producción y reparto de todos los bienes deben estar planificados colectivamente para beneficiar a todos los miembros de la comunidad. Esto último se asemeja mucho al socialismo, salvo por la peculiaridad de que el anarquismo rechaza la institución del Estado y aboga porque la gestión se realice de forma autónoma y directa entre los mismos individuos.

Sin embargo, debo señalar al respecto que la idea que Torres tiene del capitalismo no me parece una noción apropiada. El capitalismo del que habla Torres es equivalente a la idea de que todo se puede comprar y vender. Pero esto no sería exactamente el capitalismo. Si nos atenemos a la definición de lo que significa el capitalismo veremos que se trata un sistema económico basado en los derechos individuales y el libre comercio de mercancías. El capitalismo, si bien muy lejos de ser un sistema perfecto, no sería sin embargo ese simple mercantilismo libertino que Torres presenta y que, según él, conlleva necesariamente la explotación de las personas.

El capitalismo presupondría, para empezar, que las personas [humanas en este caso] tienen derechos, y no solamente derecho a la propiedad privada, y que la manera de intercambiar servicios es el intercambio voluntario mediante el comercio. El comercio excluye por definición el uso de la violencia o la coacción. Esto último no sería comercio sino extorsión o servidumbre. Así que no se entiende bien cómo deducimos que el capitalismo promueve, como tal, la explotación de personas cuando su base ideológica no asume tal cosa.

Ahora bien, es un hecho probado que en efecto dentro de los sistemas capitalistas hay explotación de personas, pero esto no sería algo inherente al propio capitalismo sino un abuso contra los derechos individuales que sucede en todos los sistemas económicos que hayan existido. Encontramos esa explotación en las sociedades humanas que funcionaban hace ya miles de años. La reconocida existencia milenaria de la esclavitud es una evidente prueba de ello. Asimismo, la explotación de seres humanos la encontramos también en sociedades modernas donde se impuso el socialismo en un modo u otro.

Entonces ¿el problema es el capitalismo o lo es más bien la idea de que los humanos son mercancías o meros recursos?

Algunos teóricos, como el profesor Michael Sandel, consideran que el problema en el capitalismo no es que tengamos una economía de mercado sino que nos convirtamos en una sociedad de mercado. La confusión de la economía y los valores morales sería, por tanto, lo que provoca o favorece la mercantilización de personas.

El capitalismo ideológicamente no considera que los humanos sean mercancías sino que son individuos con derechos que deben comerciar entre ellos libres de coacción. Si recordamos que la explotación de humanos existe desde hace miles de años, antes de que nada parecido al capitalismo existiera, podremos deducir que la causa de la opresión no puede estar en el capitalismo como idea o como sistema.

Podemos analizar los posibles errores y defectos evidentes que tiene el capitalismo, pero es imposible llevar a cabo esa tarea racionalmente si antes no sabemos de qué estamos hablando o nos inventamos las definiciones de los conceptos a nuestro capricho.

El mismo escrutinio podemos aplicar a la cuestión de la explotación sobre los animales no humanos. ¿Es el capitalismo un sistema que causa intrínsecamente la explotación especista? Tenemos motivos fundados para ponerlo en duda. De hecho, el propio Bob Torres reconoce que "es cierto que la explotación animal podría existir sin que haya capitalismo" [36] aunque acusa al capitalismo de haber agravado la explotación al intentar maximizar el beneficio de las mercancías.

Por supuesto, si vivimos en un sistema que procura rentabilizar los beneficios que se obtienen de las mercancías y consideramos que los animales no humanos pueden ser tratados como mercancías entonces estos animales sufrirán las consecuencias que se deriven de esa situación. !Obviamente! Pero ése no es el problema de fondo. El problema aparece con la idea de considerar que los animales son mercancías y no con el concepto de rentabilidad económica. De hecho, Torres comprende esto perfectamente y por eso señala que "nuestro activismo debe golpear al sistema en su raíz, atacando la consideración de propiedad de los animales y su modificación [reforma] en vez de esperar que un sistema sin ética decida cambiarse a sí mismo cuando se le pida." [183] Por tanto, el problema central sería la cosificación de los animales no humanos; no el concepto de rentabilidad económica.

En todo el libro percibo esta permanente contradicción entre el planteamiento vegano-abolicionista que considera que el problema de la explotación de los animales está originado por su condición de propiedad —la idea de que los animales no humanos existen para ser recursos de los humanos— y el planteamiento marxista del anarquismo social que afirma que la raíz de todos los problemas está en el capitalismo, la jerarquía y el poder. No son perspectivas similares porque una cosa es considerar que los seres sintientes no deben ser propiedad y otra muy distinta es defender que la existencia de la propiedad privada es intrínsecamente injusta.

Torres afirma que "es necesario un movimiento que desafíe radicalmente la jerarquía y la dominación a todos los niveles del orden social, y que reconozca la vida mutua que todos compartimos. El anarquismo social ofrece las bases de este movimiento, tanto teóricas como prácticas." [209] Lo cierto es que el anarquismo social no rechaza como postulado la cosificación de los individuos no humanos y, por tanto, aceptar esta ideología por sí misma no conlleva necesariamente ningún avance respecto de la opresión que padecen los demás animales.

Alguien puede defender con argumentos que la forma justa de organizarnos colectivamente entre seres humanos es el anarquismo social; pero lo que en ningún caso sería correcto ni razonable es creer que la explotación especista se verá mínimamente amenazada por la sola asunción del anarquismo.

Si abandonamos el capitalismo podría ocurrir tal vez que hubiera circunstancialmente menos animales no humanos explotados —como consecuencia de abandonar el sistema capitalista— pero eso no reduciría ni un ápice el prejuicio del especismo y el arraigo social de la explotación animal.

Otros activistas también defensores del anarquismo social reconocen que «incluso siendo anarquista, no se es mágicamente feminista, antirracista o anti-homófoba.» Igualmente podríamos añadir que el anarquismo no implica el rechazo al especismo sino todo lo contrario. El anarquismo, al igual que casi todo el resto de ideologías humanas, está basado implícitamente en el antropocentrismo.

Se puede estar en contra del capitalismo y al mismo tiempo entender también que las opresiones existen como consecuencia directa de nuestros prejuicios. Así pues, si las estructuras sociales, políticas y económicas reflejan estos prejuicios se debe a que nosotros las hemos creado así de acuerdo a nuestra mentalidad previa.

Por todo ello, no puedo estar de acuerdo con la idea de que el capitalismo provoca el especismo y la explotación animal. Mi posición al respecto la expuse con detalle en un ensayo anterior.

He considerado importante señalar todo esto por una simple razón: si creemos que la causa de un problema está en el capitalismo pero resulta que la causa es en realidad otra distinta lo que sucederá es que nos abocaremos a intentar soluciones que no solucionen nada al final.

En los sistemas no capitalistas, los animales han sido cosificados y explotados exactamente igual que en los capitalistas. A ellos no les afecta el modo en que los humanos decidamos organizarnos políticamente entre nosotros mientras sigamos creyendo que los animales son seres inferiores que existen para ser usados como recursos por nosotros.

Tampoco comparto la perspectiva —defendida también por Bob Torres en su libro— que apunta a que si bien el capitalismo pudiera no ser la causa de la explotación especista sí que favorece la cosificación de los animales. Pienso que este planteamiento confunde la forma con el contenido.

Es cierto que el capitalismo, por su propia estructura, ayuda eficientemente a propagar cualquier idea o producto que tenga demanda económica. Si hay demanda de explotación animal, el capitalismo será una herramienta que sirva para satisfacer dicha demanda; no cabe duda. Pero no hay ningún elemento intrínseco al propio capitalismo que diga que debemos explotar a los animales no humanos. Es por esto que millones de veganos en todo el mundo vivimos en sistemas capitalistas. No sólo vivimos en este contexto sino que incluso el propio capitalismo facilita en el otro sentido a que el veganismo sea más fácil de llevar a la práctica.

A pesar de todo, debo señalar que Torres tiene mucha razón cuando denuncia que el veganismo a menudo se convierte en un mero estilo de vida que pierde su necesaria dimensión filosófica y activista [página 233]. Muchos veganos parecen más preocupados en consumir simplemente productos veganos que en cambiar la sociedad hacia la abolición de la explotación animal. Es importante que tratemos de ser coherentes con nuestros ideales, pero esto se tiene que reflejar también en un activismo social y no sólo en la vida individual. Todos podemos hacer activismo de una manera u otra, aportando nuestras habilidades para difundir el veganismo.

En definitiva, el capitalismo sería más bien un elemento moralmente neutro y una herramienta que —al igual que la tecnología— puede servir para hacer el bien o para hacer el mal. La manera en que lo usemos dependerá de nuestras creencias, nuestras actitudes y nuestras decisiones. Quizás haya mejores formas de organizarnos socioeconómicamente que la que el capitalismo propone, pero no me parece que la culpa de nuestra inmoralidad la tenga el capitalismo. La tenemos nosotros.

La estructura como explicación: el estructuralismo

En varios pasajes del libro nos encontramos con la defensa de esta tesis: las acciones de los seres humanos no están condicionadas por su psicología o sus creencias sino que están determinadas por los sistemas estructurales —económicos y políticos— en los que están inmersos. Estos sistemas tienen una dinámica inherente y autónoma que no depende de las acciones individuales. Esta noción, como apunta el propio autor, está directamente sacada de la obra del sociólogo David Nibert —que a su vez la extrae del trabajo intelectual del conocido filósofo Karl Marx.

A partir de aquella premisa, Nibert deduce que el especismo, o cualquier otro prejuicio discriminatorio similar, no sería pues la causa de la opresión sino que es la existencia material de la opresión la que genera el prejuicio con el fin de intentar legitimar ideológicamente la opresión ya existente. Así pues, lo que determina la existencia de la opresión, según Nibert, es una estructura material de dominación de un colectivo sobre otro. Las ideologías surgen posteriormente como excusa o herramienta de adoctrinamiento para justificar y perpetuar esa dinámica de opresión.

Esa teoría, a la que denominaremos aquí como estructuralismo, me parece problemática por diversas razones.

Primero; no resulta fácil comprender de qué modo la opresión podría suceder si previamente no hay un prejuicio discriminatorio que permita o induzca a que dicha opresión se produzca.

Alguien podría alegar que podemos cometer males sin tener ninguna conciencia de ello. Pero entonces no estaríamos cometiendo ningún mal desde el punto de vista ético. Si no hay ninguna conciencia moral, no puede haber falta moral. Podemos cometer errores morales por falta de reflexión, o por haber sido engañados o adoctrinados, pero si incurrimos en un mal se debe a que tenemos una conciencia moral que nos permite juzgar moralmente y nos convierte en responsables de nuestros actos. Señalar simplemente que somos ignorantes no justifica ni excusa lo que hacemos, puesto que si somos responsables entonces debemos reflexionar e investigar en todo momento acerca de la moralidad de nuestras acciones. Esto mismo era lo que Sócrates pretendía en su época y por lo que se le considera el padre filosófico de la ética.

Sin conciencia moral no puede haber análisis ni juicio moral. Ahora bien, parece razonable suponer que, en gran parte, la opresión que ejercemos sería consecuencia inercial de prácticas aun anteriores a que los humanos tuviéramos conciencia moral. Podemos comprobar que en la conducta de los animales no humanos —los cuales carecen de responsabilidad moral— hay comportamientos que objetivamente corresponden con aquellos acciones que consideramos inmorales: canibalismo, violación sexual, infanticidio.

En todo caso, sea como fuere que surgiera en origen nuestra opresión sobre los demás animales, la cuestión es que la ideología constituye un elemento decisivo en el mantenimiento de dicha opresión. Esto es algo que Nibert y Torres, reconocen a pesar de que en su teoría estructuralista no son las ideas las que causan las conductas sino que son las condiciones materiales —las estructuras socioeconómicas— las que determinan los comportamientos.

Sin embargo, lo que este enfoque estructuralista no explica es por qué si las ideas son meras consecuencias a partir de cuál criterio material podríamos juzgar moralmente la diferencia entre opresión y libertad. ¿Cómo podemos diferenciar entre el bien y el mal sin recurrir a ideas independientes de la condición material? Planteado de otro modo: ¿de dónde sale la idea de que todos debemos ser respetados por igual? La teoría materialista-estructuralista sencillamente no lo explica. Ningún autor que yo conozca explica de manera satisfactoria este punto dentro del marco ideológico del estructuralismo o el materialismo. No obstante, entiendo que este punto debe ser bien explicado o de lo contrario caeríamos en la pura arbitrariedad.

Segundo; si es cierto que los prejuicios son meras excusas más o menos sofisticadas —y no la verdadera causa— para mantener el statu quo por parte de quienes dirigen y se benefician de la estructura social entonces no podríamos explicar racionalmente el hecho que muchos de nosotros rechacemos esos prejuicios a pesar de que estamos inmersos en el mismo sistema estructural que nuestros semejantes y nos beneficiamos de ello también. ¿No contradice este hecho de manera flagrante la tesis estructuralista?

La tesis estructuralista no puede explicar por qué algunos de nosotros hemos cambiado de mentalidad y, sobre todo, de conducta a pesar de que estábamos inmersos en las mismas dinámicas sociales que el resto y a pesar de que la explotación especista nos beneficiaba por el mero hecho de ser humanos. Pienso que aquí nos encontramos ante una objeción de peso contra el estructuralismo.

Hay pues una muy evidente contradicción aquí: si nuestras ideas son mera consecuencia de nuestro estatus social o económico, y nuestra mentalidad sólo existe como medio de apoyo a este estatus, entonces resultaría imposible explicar de qué forma se ha producido la crítica y el rechazo por parte de algunos de sus propios integrantes que se benefician de ello. Sobre todo cuando vemos que se trata una crítica fundamentada en ideales éticos y morales, y no propiamente económicos o materiales.

Aparte de ese punto, tampoco me parece razonable la tesis de que la ideología es una mera excusa, puesto que si la manera en que actuamos no está causada por ideas sino por sólo estructuras socioeconómicas ¿para que necesitamos ideologías entonces? Incluso aunque digamos que la ideología es una herramienta de adoctrinamiento, la necesidad de este adoctrinamiento precisamente indicaría que los individuos no sólo nos movemos motivados por condicionamientos materiales sino que las ideas también tienen su importancia propia y singular como causa de nuestra conducta.

Tercero; la noción de que las estructuras políticas y económicas pueden existir por sí solas me parece insólita.

Escribe Bob Torres que "si dejáramos de ser sexistas de forma inmediata, perduraría el sexismo del sistema que devalúa el trabajo de las mujeres" [33]. Él asegura que con el racismo y el especismo sucede exactamente lo mismo. Sin embargo, no explica cómo puede ser que, aunque todos dejáramos de ser racistas, sexistas o especistas, el sistema estructural opresor pudiera seguir funcionando y manteniendo dinámicas racistas, sexistas o especistas por sí mismo, con independencia de los individuos. Esto no parece tener ningún sentido.

Bajo mi punto de vista, la realidad sería justamente al contrario: si de verdad rechazamos dichos prejuicios entonces todas las estructuras sociales que surgieron motivadas por esas ideologías deberían menguar y desaparecer como consecuencia directa; y ser sustituidas por otras diferentes. Los sistemas no existen por sí mismos, como si fueran entes que tienen personalidad propia, sino que son consecuencia directa de los individuos actuando de forma conjunta y organizada.

Señala Torres que "para que se produzcan cambios en el entramado de la opresión es necesario que se modifique la ideología y la estructura social, y no es suficiente con cambios en el comportamiento individual" [27]. Esta aseveración puede muy bien ser cierta, pero considero para que haya cambios en la estructura social y económica, primero tiene que haber cambios y acciones a nivel específicamente individual que se vayan extendiendo y vayan consiguientemente modificando la dinámica de la sociedad y haciendo presión para conseguir luego cambios reales a nivel político. Hay un orden de gradación que comienza en el individuo para a continuación saltar al nivel de la sociedad —colectivo de individuos que comparten y colaboran en un mismo contexto— y después al orden económico y político

Es razonable prever que, incluso a pesar de un cambio social masivo, la inercia podría mantener determinados aspectos de los prejuicios superados durante algún tiempo, pero considero que los iríamos eliminando de forma progresiva. Entiendo que no es sensato suponer que los entramados sociales desaparecen así tal cual de un día para otro. Incluso los cambios sociales que aparecen repentinos —como parece repentino el recién nacido que surge del seno de su madre— son en realidad el producto desencadenado por una larga gestación previa.

Podemos aceptar la idea de que los sistemas estructurales sirven, entre otras cosas, para inculcar y perpetuar determinadas ideas y hábitos, también en favor de prácticas opresivas. Esto es algo más o menos evidente. Para eso fueron creados por los individuos: para transmitir creencias y comportamientos. Pero asumir una teoría materialista que considera que, una vez surgidos, esos sistemas son como entidades autoexistentes que tienen vida propia —independiente de la voluntad de los individuos, de sus creencias y acciones— es un postulado que sólo plantea interrogantes sin solución y ninguna explicación razonable.

Una última objeción sería que la teoría materialista-estructuralista no tiene en cuenta otros factores importantes y decisivos como son la biología; en relación con la tesis de que nuestra conducta está motivada y condicionada por rasgos biológicos inherentes a nuestra naturaleza como seres vivos y animales. Por eso, el estructuralismo se convierte en una postura reduccionista que ignora injustificadamente las aportaciones que la ciencia deduce en el estudio empírico de la fisiología y de la conducta.

Conclusión

En cualquier caso, el libro de Bob Torres es una fuente de información valiosa y de la que considero que se puede sacar mucho provecho, sin necesidad de tener que estar de acuerdo con todos sus planteamientos y conclusiones.

De todos modos, debo señalar que el texto no da en absoluto la impresión de estar destinado a un público general sino que parece dirigido expresamente a marxistas, anarquistas de izquierdas y  veganos —o personas que estén muy familiarizadas con estas doctrinas. No obstante creo que es una obra que se podría recomendar a todo el mundo que tenga un sincero interés en estas cuestiones.

Aunque este artículo está centrado en mis desacuerdos con la postura de Bob Torres, a lo largo de mi lectura también he notado muchos puntos que considero muy acertados. Por mencionar algunos:

■ La idea de que el problema esencial en nuestra visión de los animales no humanos reside en que los consideramos como nuestra propiedad.

■ La denuncia sobre organizaciones que dicen ser activistas pero que en realidad se han convertido en negocios destinados a recaudar dinero.

■ La defensa del activismo educacional como principal respuesta y solución ante la injusticia del especismo y la explotación de los no-humanos.

Los citados temas están entre los habituales de este blog y coincido en gran medida con la exposición de Torres al respecto. 

En definitiva, tenemos que leer para informarnos, para reflexionar críticamente, y no para estar anticipadamente de acuerdo con todo lo que leemos. Si sólo leemos aquello que ya sabemos que coincide con nuestras ideas entonces nunca aprenderemos cosas nuevas ni progresaremos en el conocimiento. Lo mismo que si rechazamos todo aquello que contradiga nuestras creencias previas. Por esto, entre otras virtudes, este libro bien merece una lectura atenta.

13 comentarios:

  1. El enlace que lleva la palabra anarquismo es equivocado. Para empezar te lleva a una página donde definen "anarquía", que no es lo mismo. Pero es que esa definición de anarquía es nefasta. Incurre en los errores típicos de quienes toman el anarquismo con prejuicios insustanciales y ni si quiera repasan la etimología de la palabra, por no hablar de la historia del anarquismo, claro. Pone a Bakunin como defensor de la democracia (con los problemas que esta palabra presenta, para un articulo corto sobretodo) y menciona la Alianza Democrática pero no la AIT. Horrible hasta para alguien que conoce tan poco el anarquismo como yo. Curiosamente, en el artículo, tú mismo defines el anarquismo mejor.

    Mejor tomar una definición de anarquismo hecha por un anarquista, ¿no? Esta la hizo Kropotkin para la Enciclopedia Británica en 1905:

    http://www.antorcha.net/biblioteca_virtual/politica/anarquismo/anarquismo.html

    No he leído el libro de Bob Torres, pero "anarquismo social" también tiene ciertos problemas. El anarquismo es socialismo libertario. Como dicen en el primer comentario del enlace que lleva "anarquismo social", esta expresión es casi una tautología. Para más info:

    http://reflexionesdesdeanarres.blogspot.com.es/2013/04/el-componente-social-en-el-anarquismo.html

    Claro que tu visión del capitalismo dista mucho de la de Bob Torres, porque tú lo ves desde tu perspectiva liberal. ¿"El capitalismo es moralmente neutro"? Eso es más que discutible, pero no me voy a meter en política porque coincido en que el especismo y la opresión aún entre humanos, precede al capitalismo. Es la gran pregunta, creo yo.

    Gracias por el artículo, pero habría sido de agradecer que separaras la reseña de tu opinión personal. Está mezclada y en ocasiones no se distingue bien si estás hablando del libro o es tu opinión. Por ejemplo en el apartado "La cuestión del capitalismo"

    Salud

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    1. A ver, el anarquismo, por definición, defiende la anarquía. Otra cosa es que lo que los anarquistan entienden por anarquía no coincida con algunas definiciones habituales o coloquiales que se suelen hacer del término por parte de no-anarquistas. De todos modos, intenté buscar una página en donde simplemente se definiera el anarquismo de forma imparcial y descriptiva pero sin que al mismo tiempo se defendiera como ideología. Hay muchas páginas en donde se define y al mismo tiempo se defiende el anarquismo, pero yo quise encontrar un posición medianamente imparcial sin tener que recurrir a la wikipedia. Probablemente no escogí el texto que mejor explica el anarquismo, pero el enlace que tú señalas me parece un artículo a favor del anarquismo, precisamente escrito por uno de sus fundadores históricos. De hecho, se decanta claramente por un tipo de anarquismo de izquierdas, en detrimento de otros, que era el que Kropotkin defendía. El texto puede resultar muy útil para conocer el anarquismo pero no es un definición objetiva e imparcial.

      El anarquismo social entiendo que se denomina a sí mismo de esa forma para diferenciarse en en oposición al anarquismo individual o individualista. Desde este punto de vista, no resultaría por tanto una tautología. Dentro del anarquismo hay diferentes posturas en las que mientras unas se inclinan por un enfoque que quiere dar prevalencia a la comunidad y los valores colectivos, sin embargo hay otras que se inclinan por la supremacía del individuo singular. Estas tendencias se dan también en el liberalismo y en el socialismo.

      Claro que veo el capitalismo desde el punto de vista liberal, ¿qué otra forma correcta habría de verlo? Cuando los "anti-capitalistas" hablan de capitalismo a menudo lo que ellos expresan nada tiene que ver con lo que el capitalismo significa. Cualquier cosa que esté mal la tachan de capitalismo, o sino acusan al capitalismo de ser la causa de cualquier cosa que esté mal. Esta postura es absurda. De ese modo, el concepto de capitalismo pierde completamente su definición particular y se convierte meramente en un sinónimo del mal. Si hace frío es culpa del capitalismo; si hace calor es culpa del capitalismo. Esa forma de de analizar la realidad me parece irracional e incluso infantil.

      No comprendo bien a qué te refieres exactamente cuando dices que no se distingue bien mi opinión de la reseña del libro. Toda mi reseña se enfoca en dar una valoración crítica sobre el libro. O mejor dicho, sobre determinados argumentos que aparecen en el libro. Cuando me refiero a una idea de Bob Torres (o de otro autor) creo que lo he mencionado de forma específica. Por ejemplo, he mencionado que la idea que tiene Torres del capitalismo es la de un sistema en donde todo se puede mercantilizar y en la que sólo importa el beneficio privado. Y luego yo he señalado que esa postura no es correcta y he aportado algunas razones al respecto. En los párrafos en los que no cito a nadie estoy exponiendo mi razonamiento propio. No entiendo qué podría inducir confusión. Pero lo revisaré igualmente.

      Gracias por tu comentario. Un saludo

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  2. He leído sólo una pequeña parte del libro, por lo que no puedo tener una visión global de él, pero atendiendo a tu reseña, hay cosas que me parecen contradicorias, de la que destacaré sobre todo esta:
    Por un lado afirmas 'no puedo estar de acuerdo con la idea de que el capitalismo provoca el especismo y la explotación animal' (dando a entender que Bob afirma tal cosa) y 4 frases más abajo 'Tampoco comparto la perspectiva (defendida también por Bob Torres) que apunta a que si bien el capitalismo no fuera la causa de la explotación especista igualmente sí favorece la cosificación de los no-humanos' (y no es la 1º frase que escribes de Bob que apunta a esa idea)... ¿En qué quedamos?¿Bob Torres afirma que la causa es el capitalismo o cree que el capitalismo no ayuda a la causa? Porque creo que son dos cosas muy diferentes.
    También creo que en general, no se sabe muy bien donde está tu opinión y la del libro.
    Saludos

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    1. Bueno, si al comienzo de la reseña he sugerido que sería mejor leer primero el libro, se debe a que hay diferentes tipos de reseña y la mía no pretende ser una reseña de síntesis, para resumir el contenido del libro, sino una reseña crítica para analizar determinados argumentos que me resultan problemáticos. Por eso creo que se entiende mucho mejor lo que escribo si primero se lee el libro entero y con calma. Que cada uno haga luego lo que considere mejor, yo simplemente recomiendo lo que me parece más apropiado aquí.

      Respecto de la cuestión que planteas, entiendo que sí puede haber una contradicción en la postura de Bo Torres. Porque en efecto no puede ser lo mismo /i>causar algo que el hecho de favorecer algo. No están en la misma categoría. Esto mismo lo he señalado yo dentro del apartado "La cuestión del capitalismo". En un párrafo he dicho literalmente que percibo una contradicción en el análisis de Torres sobre ese punto. Lo que yo he interpretado es que Torres dice las dos cosas al mismo tiempo.

      Señalo las páginas citadas entre corchetes: [...]

      Primero, Torres acusa en varios párrafos claramente al capitalismo de ser la causa de la opresión:

      "Entender este orden y sus raíces de dominación, es esencial para comprender cómo todas estas fuerzas opresivas se fundamentan en las dinámicas económicas del capitalismo. Si queremos lograr terminar con la opresión (independientemente de que se base en la raza, clase, especie o identidad sexual) vamos a necesitar atacar el orden económico que potencia esta opresión. Vamos a tener que luchar contra el capitalismo. [36]

      "El capitalismo arraiga, extiende y perpetúa la explotación de los animales." [37]

      La dominación está tan intrincada en él (es el aire que respira el capitalismo, al menos a través de la imposición de la figura de la mercancía) que no se puede extraer del funcionamiento del sistema." [142]

      Eso es así, porque Torres asume la noción de capitalismo que ha elaborado la teoría marxista, según la cual el capitalismo es causa directa de la explotación del hombre por el problema al ser un sistema económico que postula la dominación por parte la clase burguesa sobre los trabajadores. Torres no hace más que seguir punto por punto a Marx (a través de David Nibert) en este aspecto, sustituyendo a los burgueses por humanos (especistas) y a los trabajadores por animales (nohumanos).

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    2. Pero en otras partes ya no señala al capitalismo como causa sino que indica que el capitalismo sería más bien otra consecuencia y extensión de un problema anterior que es el que ha provocado la explotación de animales (humanos y nohumanos):

      "Aunque es cierto que la explotación animal podría existir sin que haya capitalismo, la estructura y naturaleza del capitalismo contemporáneo ha propagado y empeorado nuestra dominación sobre los animales y el mundo natural. " [36]

      "Luchar sólo contra el capitalismo no es suficiente. Necesitamos luchar contra el concepto de jerarquía, que es más antiguo que el capitalismo moderno." [158]

      "Los animales viven sometidos a una situación de dominación; les consideramos nuestra propiedad, y les explotamos como mercancías y para que produzcan mercancías. Este tipo de dinámicas es más antiguo que el capitalismo moderno, pero el capitalismo ha potenciado y extendido este sistema de explotación." [158]

      "Como otras formas de opresión, el problema de nuestra dominación sobre los animales y otros humanos está en las relaciones sociales actuales, ya que están enraizadas en la jerarquía y han sido expandidas gracias al capitalismo moderno. No puede haber desafíos reales a este sistema de dominación sin un desafío simultáneo a las relaciones de dominación que nos ha traído el capitalismo, que han adoptado la forma de relaciones de mercancía y de propiedad." [219]

      Por tanto, en este analisis la causa no sería el capitalismo sino que el capitalismo es entonces un factor que favorece la explotación animal pero no lo causa realmente, en tanto que dicha explotación está motivada por prejuicios y relaciones que son anteriores al surgimiento del capitalismo.

      Pudiera ser tal vez que mi interpretación del texto sea errónea. O quizás no. En cualquier caso, yo estoy abierto a la discusión y los comentarios del blog están abiertos a discutir sobre cualquier tema relacionado, de forma civilizada.

      Por último, no comprendo bien a qué se debería esa supuesta confusión que mencionas entre lo que defiende en el libro y lo que yo opino al respecto. Mi opinión sobre los puntos concretos que critico es muy diferente a la de Bob Torres. La mayor parte del texto de este ensayo es mi crítica razonada sobre los temas apuntados, y sólo en algunos párrafos y frases muy determinados menciono las ideas de Torres (o de otros autores) que pretendo criticar. Lo que voy a hacer ahora es añadir al texto más citas concretas del libro de Torres para luego a continuación exponer mi análisis al respecto. A ver si así no hay lugar para confusión.

      Un saludo.

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    3. Hola Luis,

      Lo cierto es, que las anotaciones que has comentado en primer término, las que apelan a ‘justificar’ que el capitalismo es la causa del especismo, no me parecen en absoluto tal cosa. Creo que sería importante contextualizarlas. Las que hacen referencia a la página 36 y 37, hacen referencia a los 3 factores de Nibert que tratan de explicar las lógicas de dominación y opresión (con independencia que sean humanos o no humanos). Éstas son:

      1º El primer factor que mantiene la opresión es la noción de explotación económica o competición, motivado por la di¬ferenciación. La sociedad explotará o discriminará a un grupo percibido como diferente, si obtiene beneficios económicos con ello.

      2º Para ello es necesario que el grupo dominante tenga poder suficiente sobre los “otros”, debe haber desigualdad de poder. El grupo domi¬nante posee un mayor poder y la capacidad para explotar al otro grupo ayudado por su control sobre el Estado (se hace con beneplácito de la ley).

      3º - La Manipulación ideológica (basada en el orden econó¬mico mencionado en los dos factores anteriores de la ecuación) contribuye a crear actitudes, creencias y prejuicios que, a su vez, potencian la explotación. Hacer creer que es el orden piramidal natural, deseable y beneficioso.

      Si aplicamos esta lógica a los nohumanos, la ecuación me parece que casa a la perfección.

      Precisamente, estos factores son los que hace referencia cuando dice:
      "Entender este orden y sus raíces de dominación, es esencial para comprender cómo todas estas fuerzas opresivas se fundamentan en las dinámicas económicas del capitalismo. Si queremos lograr terminar con la opresión (independientemente de que se base en la raza, clase, especie o identidad sexual) vamos a necesitar atacar el orden económico que potencia esta opresión. Vamos a tener que luchar contra el capitalismo."
      No dice que el capitalismo sea la causa, sino que textualmente ‘vamos a necesitar atacar el orden económico que POTENCIA esta opresión.’ (porque la dinámica del capitalismo actual se fundamenta en buena medida en esos 3 factores, no que el capitalismo es la causa del especismo). Es posible que el problema real sea que tú difieras de la relación entre estos 3 puntos de la lógica de la opresión y su relación con el orden económico actual, pero entonces sería interesante que lo justificaras, a ser posible, de otra manera que no sea sólo afirmando que el capitalismo es un intercambio de bienes y servicios entre humanos libres, porque en realidad, sabemos que es más complejo que eso. Y sobre todo, hablamos de la lógica del capitalismo que vivimos (o sufrimos), no el de un mundo hipotético e irreal.

      Estos 3 factores, creo sin duda, que son la clave. En primer lugar tienes algún tipo de diferenciación (raza, sexo, clase, especie, lo dice ya en el 1º punto, primero diferenciación) y a partir de ahí aplícalas. Por eso entiendo que el autor no 'acusa' al capitalismo en ningún momento de ser la causa del especismo, en las citas que has comentado, sino de que no favorece en nada a la causa, justificándolo a mi parecer con acierto.
      Personalmente, partiendo de la base innegable de que el problema de base es el especismo, del que no tengo duda (y en realidad creo que nadie), sí me parece interesante y necesario este tipo de análisis que enriquecen sobre todo, el entendimiento de las lógicas que permite la perpetuación de la opresión, que no atienden únicamente a la existencia de un ‘simple’ prejuicio (ya sea especista o el que sea). Creo que es evidente, que es mucho más complejo que ‘sólo’ eso.

      Saludos

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    4. Hola, Raimón.

      A ver, tú citas una frase en la que Torres dice que el capitalismo "potencia" la opresión. Pero hay otra frase en donde literalmente dice que la opresión se "fundamenta" en el capitalismo [página 36]. Creo que no vale con que digas que "no te parece" que él diga tal cosa cuando hay frases claras en donde sí lo dice.

      Torres afirma en varios pasajes que el capitalismo es causa de la opresión especista (entre otras opresiones). Esto es así porque él entiende que capitalismo es sinónimo de mercantilización absoluta y, por tanto, la acción del capitalismo provoca que mercantilicemos a los animales nohumanos (además de a los humanos). Esto según la visión marxista sobre el capitalismo, claro.

      Pero luego en otras partes del libro dice una cosa diferente. En otros párrafos afirma que el capitalismo es más bien un elemento que favorece la opresión, pero que la causa en realidad es ideológica y que la opresión es un fenómeno anterior al capitalismo. Incluso señala que podría haber perfectamente un "capitalismo vegano". Eso es decir que puede haber un capitalismo no-opresor. Pero ¿no era capitalismo intrínsecamente opresor? ¿En qué quedamos pues?

      La teoría tri-factorial de David Nibert parece muy útil para describir un sistema opresivo, pero ¿cómo se justifica que esa teoría se pueda aplicar al capitalismo? Esa teoría puede muy bien aplicarse a sistemas no-capitalistas y pre-capitalistas. Pero el capitalismo como tal no postula ninguno de esos factores. Quienes vivimos dentro del capitalismo podemos rechazar la opresión sin tener que rechazar el capitalismo. De hecho, ha sido dentro del capitalismo donde ha habido un mayor progreso moral en la lucha contra la discriminación basada en prejuicios (ferminismo, laicismo, movimiento LGTB,...).

      Pero, a fin de cuentas, el capitalismo es un simple sistema económico y no una teoría moral de justicia. No se puede acusar al capitalismo de que haya gente avariciosa cuando gente avariciosa la habido siempre o de que haya gente que explote a otra cuando esto ha existido siempre y el capitalismo no postula ninguna explotación. Nuestra conducta está motivada por ideas, creencias, prejuicios y tradiciones que nada tienen que ver con el capitalismo ni con el sistema económico.

      Los que decimos que la explotación de los animales nohumanos está causada principalmente por el prejuicio del especismo no decimos sin embargo que ése sea el único elemento involucrado en la existencia de la opresión. El sistema legal, la educación, la cultura, la publicidad,..., son factores que también intervienen para crear y mantener la situación actual. Pero la causa decisiva de la conducta de la gente no reside en la estructuras sino en la mentalidad de los individuos. Es la mentalidad la que crea las estructuras socio-económicas a partir de ideas, creencias e intereses. Y no al contrario. Si no fuera así entonces en los países donde se implantó el socialismo la gente habría cambiado totalmente de mentalidad (dado que el Estado socialista se hizo dueño de toda la estructura económica y cultural para imponer sus preceptos) pero lo cierto es no sucedió así en ningún caso. Esto demuestra que hay sustratos biológicos y psicológicos básicos que las estructuras no pueden cambiar o afectar.

      Un saludo.

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  3. Por cierto, reducir las ideas anticapitalistas a una burda caricatura como haces, con cosas como 'si hace frío es culpa del capitalismo' me parece que es un atentado a la inteligencia, con independencia de la afinidad ideológica que cada uno tenga.

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    1. Perdona pero yo no he "reducido las ideas anticapitalistas a una burda caricatura". He hecho un simple comentario satírico sobre determinadas actitudes contrarias al capitalismo que desfasan completamente a la hora de acusar al capitalismo de todos los males que existen. En este ensayo (y en otro anterior) he expuesto una serie de datos y argumentos elaborados sobre el tema del capitalismo. Más bien serías tú quien parece pretender reducir mi postura a un mero comentario puntual sobre determinadas posturas anti-capitalistas. Si tu acusación fuera cierta entonces no estaría recomendando y valorando un libro que es explícitamente anti-capitalista. Esto me parece una muestra de que mi perspectiva intenta, al menos, ser imparcial a la hora de analizar cualquier tema.

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  4. Por lo que veo después de leer algunas entradas de tu blog, unas más actuales y otras de hace años, continúas usando «terminología vegana» cuyo fundamento etimológico es nulo. Cuando hablas de personas (humanas), aparte de una redundancia, supongo que estás tratando de otorgar un componente ideológico a la expresión, porque como seguro que ya sabes «persona» es, según la definición de la RAE:

    (Del lat. persōna, máscara de actor, personaje teatral, este del etrusco phersu, y este del gr. πρόσωπον).
    1. f. Individuo de la especie humana.
    2. f. Hombre o mujer cuyo nombre se ignora o se omite.

    Los humanos son animales, pero de esa premisa no se puede inferir que los animales sean personas, por mucho que tú los consideres (y me parece bien que lo hagas) sujetos de derecho.

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    1. Por lo que yo veo, no te has debido de leer los ensayos en los que se explica por qué consideramos que los demás animales, aunque no sean humanos, son personas. Y no los consideramos personas porque sean animales sino por son seres sintientes; son individuos con intereses propios. Aquí puedes leer una explicación detallada:

      http://filosofiavegana.blogspot.com.es/search/label/personas

      Como podrás comprobar, si miras las evidencias, la condición de persona de los demás animales ha sido ya reconocida tanto por filósofos como por científicos. Hay una gran cantidad de ensayos y de artículos científicos que hablan sobre ello. Lo que todavía no hay es un consenso mayoritario acerca de hasta donde abarcaría la personalidad, pero sí que existe una tendencia cada vez mayor y más consistente en reconocer que no solamente los humanos serían personas sino que también otros animales lo son.

      Te explico, además, que las definiciones de la RAE no son imperativas ni tienen validez como autoridad. La RAE no decide ni puede imponer los significados de las palabras. Lo que hace la RAE es recoger los significados habituales de cada palabra de acuerdo a cómo son usadas predominantemente por los hablantes. Y es cierto que hasta ahora sólo se hablabla de personas para referirnos a las personas humanas, pero esa tendencia ya ha cambiado y algunos consideramos que seguirá evolucionando en el futuro para incluir a todos los seres conscientes sin importar su especie.

      La RAE todavía no recoge los términos veganismo y especismo ¿Significa eso que no existen acaso? ¿Significa acaso que es incorrecto que los usemos? No. Sólo significa que la RAE es una institución ineficiente, anquilosada y poco conectada con la realidad social del momento.

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    2. Ah, que resulta que los animales ya no sólo son seres sintientes (bonita palabra esta, por cierto). Ahora resulta que todos los miembros del reino animal son personas con consciencia e intereses propios. No tengo ningún argumento que oponer a una cuestión cuyo trasfondo es puramente ideológico. Que tengas un buen día.

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    3. Estrictamente hablando, no todos los seres incluidos en el reino animal son sintientes. Las esponjas no tienen sistema nervioso y, por tanto, carecen de sintiencia.

      La noción de que sólo los humanos son personas también es una posición ideológica. La cuestión no es tanto que una postura sea ideológica sino la validez de los argumentos que la fundamentan.

      Un saludo.

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