25 de marzo de 2014

Algunas reflexiones sobre las campañas antiviviseccionistas



El tema de la utilización de animales para uso científico lo he tratado en varios ensayos como son: «Una cuestión moral» y también, de una forma más extensa y detallada, en: «Ciencia y especismo: la necesidad no genera legitimad moral». Asimismo, publiqué la traducción de un artículo académico escrito por la profesora Christiane Bailey que argumenta la línea abolicionista. Recomiendo su lectura para conocer las razones morales que justifican el rechazo hacia el uso de animales no humanos.

En esta ocasión, lo que quisiera exponer son una serie de reflexiones respecto de las campañas 'antiviviseccionistas', o campañas centradas en prohibir el uso de animales en investigación científica, y las razones por las cuales considero que son campañas erróneas por estar basadas en varios defectos morales y prácticos.

Aclaraciones pertinentes

En primer lugar, el error de base que afecta a esta clase de activismo está en el hecho de hablar de vivisección. La vivisección es sólo un tipo específico de experimentación con animales, y que consiste en diseccionarlos cuando aún están vivos. Pero hay muchos experimentos que no implican vivisección. O incluso que no implican atentar contra la integridad física de los animales. El hecho de que hablen de vivisección se debe a que las primeras campañas sobre esta cuestión que se hicieron en el siglo XIX consideraban que la vivisección era un tipo de experimentación muy cruel. No se oponían en sí a la experimentación con animales como tal, sino que iban sólo contra aquella que entendían que causaba más sufrimiento o que mostraba mayor desconsideración hacia las víctimas. Aunque las modernas campañas 'antiviviseccionistas' tienen un enfoque más amplio, y suelen hablar de la experimentación en general, siempre se enfocan o se limitan en realidad a muy determinadas prácticas. Por tanto, parece que mantienen el nombre para recordarnos su origen y enfoque bienestarista.

El segundo error que cometen estas campañas está en el hecho de negar tajantemente que la experimentación con animales es necesaria o que es útil o que es beneficiosa para los humanos. En primer lugar, la necesidad y la utilidad son dos categorías diferentes, aunque suelen confundirlas como si fuera la misma. Es decir, el hecho de que algo nos resulte útil para nuestros fines no implica que sea necesario. Tampoco es lo mismo si hablamos de beneficio. Pero estas tres categorías son usadas indistintamente en todos los alegatos 'antiviviseccionistas' que he conocido; lo cual es un profundo error. Hay prácticas que pueden cumplir con los tres características [necesidad, utilidad, beneficio] o que pueden cumplir sólo una, o ninguna de ellas.

¿La experimentación con animales es necesaria, es útil y es beneficiosa? ¿O no cumple con ninguna de esas características? ¿O sólo cumple con alguna, o algunas, de ellas? Cualquier análisis mínimamente objetivo, imparcial de la cuestión debería poder diferenciar entre ambas categorías y explicarlas de forma específica. Pero jamás he visto tal cosa en ningún texto que ataque, critique o defienda la experimentación con animales no humanos. No digo que no lo haya, sólo digo que yo no lo he visto; a pesar de que he estudiado gran cantidad de textos al respecto.

En cualquier caso, mi intención no consiste en llevar a cabo dicho análisis puesto que, como ya expuse claramente en los ensayos que cito al comienzo, el uso de animales no humanos es injusto por sí mismo, y no hay ninguna razón moral que lo justifique. El único criterio en el que me baso para juzgarlo es la ética. Por tanto, no es éticamente relevante saber si este uso es necesario, útil o beneficioso. Es inmoral. Esto es suficiente como para rechazarlo sin entrar a valorar otros criterios. Si bien es cierto que muchas personas no diferencian entre la ética y lo que resulta útil o necesario o beneficioso para ellos. Pero este sería otro tema quizás.

Desde la perspectiva ética es irrelevante esclarecer si la experimentación sobre animales no humanos es útil, necesaria o beneficiosa para nosotros. Del mismo modo que es irrelevante saber si es útil, necesario o beneficioso utilizar a seres humanos sin su consentimiento —y a costa de vulnerar su salud y su libertad— para determinar la moralidad de utilizar a seres humanos como sujetos forzados en experimentos médicos y científicos en general. Como acertadamente señala el profesor Tom Regan:

«El fin no justifica los medios. Incluso si fuera verdad que los humanos sacan grandes beneficios y ningún daño de esta práctica, esto no justificaría, de ningún modo, la violación de los derechos de animales cuya mala suerte los ha llevado a una jaula en algún laboratorio en alguna parte del mundo. No puede emanar ningún bien del mal que cometemos.»

¿Y si experimentando libremente con seres humanos —sin su consentimiento— fuera la única forma de curar el cáncer y otras graves enfermedades? ¿Estaría bien hacerlo?  Si decidiéramos utilizar a otros seres humanos, sin su consentimiento para experimentar con ellos, quizás podríamos conseguir conocimientos y avances médicos que ahora mismo pueden estar limitados debido al hecho de que respetamos los derechos de los humanos. Este caso se plantea en el libro Medidas  Extremas del autor Michael Palmer —a partir del cual también se realizó una película.

Del hecho de utilizar a los animales hemos obtenido beneficios que tal vez podríamos conseguir igual si decidiéramos respetarlos. Pero la posición antiviviseccionista de negar directamente que del uso de animales obtenemos beneficios es simplemente negar la evidencia, y demuestra una actitud fanatizada.

Más aún, los medicamentos para los animales no humanos que esclavizamos tienen que ser necesariamente experimentados con otros animales de la misma especie para ver si son efectivos. Por la misma razón que sin probar sustancias nuevas en seres humanos no se puede saber con certeza qué efecto tendrán en los humanos. Esa es una utilidad muy evidente que los 'antiviviseccionistas' ignoran debido a lo antropocéntrico de su planteamiento obsesionado con los beneficios para los humanos.

Muchas cosas que sabemos del sistema nervioso se han obtenido gracias a la experimentación con animales. De hecho, las pruebas más evidentes e importantes de que los demás animales son seres sintientes se han obtenido gracias a ese tipo de experimentación. En este blog he expuesto datos sobre ello, como sería, por ejemplo, el artículo sobre la sintiencia en los peces, entre otros muchos. Por tanto, esa experimentación ha sido útil aunque sea inmoral.

La inmensa mayoría de la comunidad científica publicita que el uso de animales permite avances y conocimiento que tal vez no se podrían obtener renunciando a este uso. Esta postura es casi unánime, ¿acaso se equivocan todos ellos frente a los 'antiviviseccionistas'? 

Ahora bien, el hecho de que efectivamente sea útil y/o beneficiosa no implica directamente que sea necesaria. Para saberlo tendríamos que renunciar completamente al uso de animales no humanos y, luego, ver cómo avanza el progreso científico en los próximos años en aquellas áreas donde antes se utilizaban a los animales no humanos. Lo que no podemos saber con certeza es si de haber renunciado a este uso en el siglo XIX, o en algún otro momento del pasado, hubiéramos obtenidos los mismos avances, o hubieran sido diferentes —quizás peores o quizás mejores. Eso es un ejercicio contrafactual, meramente especulativo. A día de hoy tenemos áreas de investigación en los cuales, por una mera cuestión práctica de eficiencia, se ha sustituido el uso de nohumanos; así que ¿cómo podemos afirmar razonablemente que algo es necesario si ahora sabemos que muchos usos similares no lo son?

Con todo esto pretendo señalar que no solamente se confunden categorías lógicas de significado, sino que muchas afirmaciones acerca de la supuesta necesidad son plenamente gratuitas y especulativas. Tanto quienes defienden fervorosamente la experimentación con animales no humanos como un remedio para todos nuestros males, como quienes la rechazan alegando que es inútil o que es un fraude, incurren en evidentes prejuicios y sesgos cognitivos. 

Compruebo a menudo poca, o ninguna, imparcialidad en sus análisis y menos aún en sus conclusiones. Para poder enterarnos correctamente debemos evitar sus conclusiones y dirigirnos directamente a los datos para razonar sobre ellos con lógica.

El antiviviseccionismo es especista

Las campañas 'antiviviseccionistas', al estar basadas en cuestionar la utilidad médica de la experimentación con animales para beneficio de los humanos, en realidad lo que promueven al final es que los partidarios de la experimentación con animales  se esfuercen por demostrar que esta experimentación es eficiente y buscan exponer al público todos los logros conseguidos que han involucrado el uso de animales en la ciencia.

El debate sobre la utilidad de la experimentación animal es un debate clamorosamente antropocéntrico. Imaginemos un debate acerca de si utilizar a seres humanos negros en experimentos, sin su consentimiento, fuera beneficioso para los blancos. Este debate parte de aceptar que tal actividad racista sería moralmente aceptable.

Los defensores de estas campañas alegan ocasionalmente que demostrar que los experimentos no son necesarios —ni útiles o beneficiosos— es lo mismo que demostrar que comer animales no es necesario para poder vivir. Pero, como he señalado, sus argumentaciones confunden entre las tres categorías señaladas. Ciertamente no necesitamos nutricionalmente comer animales, ni sus derivados, para poder vivir y estar sanos. Pero eso no quiere decir que utilizar a otros animales para comida no sea útil o no sea beneficioso. Puede sernos útil o beneficioso, como puede serlo el canibalismo. Pero eso no lo hace justo; no lo hace moralmente correcto.

En realidad, afirmar que la experimentación con animales no humanos es un fraude científico se asemeja bastante a la postura que dice que comer animales es malo para salud humana. Ciertas tendencias vegetarianas o naturistas pretenden sostener que consumir carne, huevos, y lácteos es intrínsecamente perjudicial para nuestra salud. Esta pretensión carece de evidencia que la apoye. Aparte de que no tienen en cuenta ni el tipo ni la frecuencia de consumo de esos productos, resulta que los humanos llevan comiendo a otros animales desde hace muchos miles de años. Si fuera cierto que comer animales es intrínsecamente dañino para la salud entonces tendríamos que habernos extinguido por enfermedad o debilidad hace ya tiempo. Pero no ha sido así. Y, además, se trata de un dato irrelevante a la hora de determinar la moralidad del uso de animales no humanos. Del mismo modo que si comer a otros humanos fuera bueno para nuestra salud esto no lo haría éticamente aceptable.

Aunque no sea lo relevante, siempre es pertinente señalar que actualmente ya hay opciones de investigación que no implican utilizar animalesPor esto, quienes afirman que estar en contra del uso de individuos no humanos es estar contra el progreso de la ciencia y la medicina simplemente mienten o hacen afirmaciones sin fundamento.

Si éticamente no se puede justificar el uso de animales no humanos en experimentos, por la misma razón tampoco se justifican las campañas antiviviseccionistas basadas en denunciar que esa práctica no beneficia a los seres humanos. Eso es especismo. Esas campañas están difundiendo de manera implícita la creencia de que si la vivisección fuera útil o beneficiosa para los humanos entonces sí estaría justificada. Así lo expresa Joan Dunyer:

«Cuando argumentamos a favor de los derechos animales, argumentamos contra todas las formas de abuso especista. Si en cambio argumentamos en base a, por decir, los beneficios para la salud del veganismo o la invalidez científica de la vivisección, tenemos que argumentar caso a caso, incluso alimento a alimento o experimento a experimento. 

Además, tales argumentos son dañinos en tanto en cuanto sugieren que es moralmente aceptable dañar a los animales no-humanos si dañarles nos beneficia. 

El argumento de la salud sugiere que estaría bien comer carne si la carne fuese saludable. El argumento científico sugiere que estaría bien viviseccionar si la vivisección fuese de gran valor científico. Así que si empleas argumentos de salud, científicos u otros que no relacionados con los derechos animales, por favor, asegúrate de que también enfatizas que las prácticas a las que te opones están moralmente mal.»

Si la experimentación con animales no humanos es éticamente injustificable, puesto que viola sus derechos, entonces cualquier debate sobre su utilidad o beneficio para los seres humanos es un debate antropocéntrico que sigue reforzando la idea de que si esas prácticas fueran útiles entonces estaría bien llevarlas a cabo. Ese debate es especista e ignora el derecho de los animales no humanos a no ser propiedad humana.

El antiviviseccionismo es inefectivo para acabar con la experimentación animal

Las campañas 'antiviseccionistas' comenzaron hace más de un siglo y hoy en día la experimentación con animales es más numerosa —en tipos de prácticas y en número de víctimas— que nunca antes en la Historia. Aparte, se trata de una campaña injustamente discriminatoria puesto que no hay ninguna diferencia moral entre la vivisección y el resto de la explotación animal.

Las regulaciones sobre la esclavitud de los animales no humanos —incluso aquellas que son supuestamente más restrictivas— no han conllevado una reducción del número de animales esclavizados, sino que, al contrario, provocan un aumento de las víctimas y una mayor tranquilidad en la conciencia de la gente, puesto que la gente cree infundadamente que será utilizado un menor número de animales y se les causará el menor sufrimiento posible.

En definitiva, considero que apoyar este tipo de activismo es apoyar la injusticia y el fracaso. La vivisección, al igual que cualquier uso de animales, es un error moral, pero las campañas antiviviseccionistas también lo son.

Estos son los hechos. Todo lo demás que se pueda alegar para defender esas campañas se reducen a ser insultos o amenazas contra quienes las critican, o a exponer datos erróneos y fácilmente refutables.

Lo que motiva estas campañas parece ser la fe: creer en algo a pesar de no tener ninguna evidencia que lo fundamente o que directamente contradice la realidad. Y también, en menor medida, las buenas intenciones que desconocen por completo la historia o no han analizado racionalmente la cuestión y sólo cuentan con su deseo personal de acabar con la vivisección.

Toda esta crítica que expongo se podría aplicar perfectamente al resto de campañas monotemáticas: tauromaquia, pieles, matanza de delfines,... Mientras sigamos apoyando el mismo tipo de activismo que ya fracasaba hace 40 años, seguiremos obteniendo sus mismos resultados.

Es imposible conseguir objetivos legales abolicionistas mientras no haya una mayoría social de gente que apoye la abolición a través del veganismo. El primero paso más fundamental e importante es informar y concienciar a la población acerca de la necesidad moral del veganismo. Sólo cuando haya un masivo movimiento social, motivados por razones morales, que postule la abolición del uso —la abolición de su estatus de propiedad— se podrá de verdad conseguir erradicar la explotación animal.

Mientras tanto, intervenir en política sólo conseguirá reformas bienestaristas de la esclavitud o prohibiciones menores que en nada ayudan a respetar los intereses de los animales. En las actuales circunstancias, lo más útil y efectivo que podemos hacer para ayuda a los animales a liberarse de la explotación es promover el veganismo.

Conclusión

Resumiendo, las tres razones principales contrarias al activismo antiviviseccionista son, a saber:

* Están basadas en una discriminación injustificada sobre una determinada área minoritaria de la explotación animal que es consecuencia directa del especismo. Es decir, sus campañas ignoran deliberadamente a la mayor parte de las víctimas del antropocentrismo.

* Sus argumentos son de tipo utilitario y antropocentrista. No cuestionan éticamente el especismo, sino que se enfocan en intentar demostrar, sin éxito e incurriendo en el despropósito argumentativo, que el uso de animales es contrario a la ciencia y no resulta en beneficios para los humanos. Estas afirmaciones a menudo ni siquiera se las creen ellos mismos, sino que lo usan estratégicamente por considerar el único medio, según ellos, de lograr acabar con la experimentación animal.

* Utilizan el insulto y el ataque personal contra cualquiera que consideren su enemigo u obstáculo, y que no esté de acuerdo con sus postulados. En algunos países, ciertos activistas 'antiviviseccionistas' incluso han llegado a emplear el acoso, las amenazas y las agresiones físicas, lo que únicamente conduce a una mayor incomprensión y hostilidad por parte de la sociedad a la idea de la liberación animal y la aprobación de leyes represivas contra los grupos animalistas.
Entiendo por todo ello que no debemos apoyar ese tipo de campañas. Si acaso debemos denunciarlas por injustas, inútiles y contraproducentes.

Sólo el enfoque abolicionista de los Derechos Animales respeta y protege a los animales como personas. El resto de doctrinas ideológicas sigue aceptando la cosificación e instrumentalización sobre los animales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

LOS COMENTARIOS ESTÁN MODERADOS

Todos los comentarios serán revisados antes de ser publicados para comprobar si se ajustan a la temática del blog y las normas de convivencia. En ningún caso se permite el uso de palabras en mayúsculas —equivalen al empleo de gritos en una conversación— ni tampoco el uso de insultos, amenazas o cualquier forma de violencia verbal. Si desea participar en el foro, por favor, respete las normas de este blog.

Gracias por su atención.