30 de enero de 2009

Veganismo es abolicionismo


El activista James Laveck habla sobre los diferentes procesos de resistencia que tuvieron que afrontar los abolicionistas de la esclavitud humana y cómo esta información nos puede ayudar a defender la abolición de la explotación animal. 

Todos los animales debemos tener asegurado, al menos, un derecho básico: el derecho a a no ser propiedad. Este derecho básico nos da la llave para abrirnos a la consolidación de todos los demás derechos.

En tanto que seres sintientes —la sintiencia es la capacidad de experimentar sensaciones— somos individuos con ciertos intereses, como el interés en seguir vivos, el interés en ser libres para disponer de nuestra vida. Y nosotros, en tanto que agentes morales, no debemos violar dichos intereses con el objeto de beneficiarnos salvo en el caso de que sea absolutamente necesario. Cuando utilizamos a otros animales como alimento, vestimenta, experimentación, entretenimiento estamos violando esos intereses. No hay ninguna legitimidad moral en utilizar a otros animales para cubrir dichas necesidades, puesto que al hacerlo violamos el principio ético de igualdad.

Por tanto, la cuestión que se discute aquí no es la crueldad o el sufrimiento. He ahí la diferencia entre abolicionismo y bienestarismo. No estamos abogando por un "mejor trato" para los esclavos. Estamos exigiendo su libertad y su reconocimiento como individuos con derechos. Tratar de evitar la crueldad, o el causar sufrimiento injustificado, en nuestra relación con los demás animales es también una exigencia moral pero es prioritaria antes que nada la cuestión de la libertad.

Además, no podemos pretender minimizar o reducir el sufrimiento que causamos sin antes haber anulado la causa verdadera de casi todo el sufrimiento y la crueldad que los seres humanos infligimos a los demás animales: su condición actual de cosas, de cosas con propietario, es decir, esclavos —ser un esclavo te deja a merced del capricho de tu dueño. Los animales no humanos son considerados legalmente como objetos, no como personas, y los objetos no tienen intereses reconocidos ni pueden tener derechos.

Veganismo significa la abolición en la vida personal y social de la esclavitud de los demás animales mediante el rechazo a los productos de su explotación y optando por alternativas libres de esclavismo. El estilo de vida vegano no tiene otro fundamento real más que ése. A nivel económico, repudiar cualquier producto o actividad que implique explotación animal; a nivel social, demostrar públicamente el rechazo a dichas prácticas; a nivel político, postular la abolición del estatus de propiedad al que están sometidos los animales no humanos.

La abolición de la esclavitud de los demás animales donde comienza realmente es en cada uno de nosotros. Veganismo es abolicionismo.


13 de enero de 2009

Definiciones



VEGANO: agente con capacidad moral que considera a los demás animales como iguales merecedores de respeto, sin discriminación por motivos de especie, y coloca la sintiencia como fundamento de su criterio moral, procurando llevar una ética de vida libre de cualquier tipo de utilización de otros animales como recursos, por lo que prescinde y boicotea todos los productos [comida, vestimenta,...] que provengan de su explotación, en esta actual sociedad asentada ancestralmente en el sometimiento y esclavismo de otros animales.


11 de enero de 2009

Holocausto Sin Fin


«Todos sabéis lo que es la mentira de Auschwitz. Es afirmar que los campos de exterminio nunca existieron. Pero lo que quizás no sabéis es que los campos de exterminio siguen existiendo. Estamos rodeados de ellos sin saberlo: campos de exterminio de animales. Afirmar que los campos de exterminio se cerraron al final de la Segunda Guerra Mundial, es la segunda mentira de Auschwitz.» ~ Helmut Kaplan 

Primero convertimos en esclavos a otros animales, y luego hicimos lo mismo con otros seres humanos. Pero no es más injusto esto último que aquello.

De esa manera se podría sintetizar el mensaje del libro «Eterna Treblinka» [erróneamente traducido al español como “¿Por qué maltratamos tanto a los animales?”] de Charles Patterson. Un lectura imprescindible para conocer las raíces culturales del especismo y la explotación de los animales no humanos.

El genocidio de humanos durante el Holocausto nazi no fue un acontecimiento excepcional sino la culminación de una mentalidad que los humanos nos hemos recreado durante miles de años: la cultura de la dominación.

En este libro se explica que el supremacismo humano se impuso como ideología dominante hace miles de años; comenzando por el sometimiento de animales de otras especies para luego terminar esclavizando también a otros humanos. Se hace un breve pero intenso repaso sobre algunos momentos decisivos que han conformado la civilización humana a lo largo de los últimos milenios hasta llegar a lo que ahora conocemos: la domesticación de animales, el patriarcado y la violencia institucionalizada.

Según explica Charles Patterson, el Holocausto nazi consistió esencialmente en aplicar a otros humanos los métodos de matanza industrial que se utilizaban para asesinar masivamente a animales no humanos. Tan sólo una diferencia de especie.

Las diversas formas ideológicas que han tratado de justificar el especismo ya sean religiosas, filosóficas o culturales pasan siempre por la inculcación sistemática del desprecio hacia los animales de otras especies —fomentar el odio y el miedo— cosificando a los individuos y potenciando la hostilidad contra ellos.

Los demás animales son víctimas inocentes del concepto de que las vidas de unos individuos son más valiosas que las de otros, que los poderosos tienen el derecho de explotar a los débiles, y que los que son diferentes a nosotros pueden ser sacrificados para nuestro beneficio.

El Holocausto no ha terminado.